El Espíritu del Señor llena el mundo
LECTURAS DEL DÍA
1ª. Hechos de los Apóstoles 2, 1-11 : "Todos los discípulos estaban reunidos el día de Pentecostés...Un ruido del cielo, como de viento recio, resonó en toda la casa... Vieron aparecer unas lenguas como llamaradas de fuego... Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas.."
2ª. Primera Carta a los Corintios 12, 3-7. 12-13: "Nadie puede decir "Jesús es el Señor" si no es bajo la acción del Espíritu santo. Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es uno... En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común..."
3ª. Evangelio según San Juan 20, 19-23: "Al anochecer de aquel día..., estaban los discípulos en una casa... Entró Jesús, se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros... Como el Padre me envió así os envío yo.. Recibid el Espíritu Santo..."
CLAVES PARA LA LECTURA
1. En el Domingo de Pentecostés, la primera lectura nos habla de la venida del Espíritu Santo. Entre los judíos la fiesta de Pentecostés se celebraba cincuenta días después de la Pascua, y en ella se conmemoraba la "fiesta de la cosecha y de la renovación de la Alianza"(Ex 23, 16).
La descripción que nos hacen los Hechos de los apóstoles de la venida del Espíritu Santo se sirve de imágenes escatológicas (viento, fuego) que ya empleaba el Antiguo Testamento para describir la improvisa irrupción de Dios. En esa descripción que hacen los Hechos se presenta la inauguración de una Alianza nueva, y se promulga la ley del Espíritu.
Pentecostés viene a ser una segunda creación.
2. La segunda lectura centra nuestra atención en la múltiple acción del Espíritu Santo que se expande en carismas, ministerios y servicios.
Para san Pablo los auténticos carismas son un signo de la presencia del Espíritu.
La variedad de ministerios y de carismas y la unidad de la Iglesia con considerados por él como frutos de la acción del Espíritu Santo.
La Iglesia está animada por un extraordinario dinamismo. Todos los carismas son dados por Dios para común utilidad. Y todos los redimidos, aunque sean muchos, no forman más que "un solo cuerpo".
3. En la tercera lectura se describe una de las apariciones de Jesús. En ella transmite a los discípulos el gozo y la paz , la misión que él había recibido del Padre y el don del Espíritu Santo. Y este don del Espíritu está en relación con el poder de perdonar los pecados. De ese modo el sacramento de la penitencia aparece como fruto del triunfo de Cristo resucitado sobre el pecado y el mal.
COMENTARIO TEOLÓGICO.
1. Con la exaltación de Cristo por medio de la Resurrección, la era de Jesucristo se convierte en la era del Espíritu Santo. El Resucitado obra en su Comunidad de creyentes por la fuerza y la eficacia del Espíritu.
La acción del Espíritu (Hch 2, 1-11) manifiesta al mundo la legitimación de la misión recibida por parte de Cristo. El Espíritu Santo hace que la tímida comunidad cristiana salga al público y continúe su misión.
2. La paz que Jesús da a los discípulos (Jn 20, 19-23) es más que un saludo. Como Jesús fue enviado por el Padre, así también Cristo envía a sus apóstoles: recibid el Espíritu Santo.
Con Pentecostés comienza la Iglesia. El Señor sopló sobre los discípulos, como Dios sopló en la creación del hombre (Gén 2, 7), y les comunicó el don de vida que Dios había comunicado al hombre.
Pentecostés constituye el origen de una nueva humanidad, de una nueva creación.
3. El don del Espíritu Santo es comunicado contra el pecado. El poder de perdonar los pecados debía provenir de Cristo. El envío de los apóstoles al mundo es prolongación del envío que el Padre hizo de su Hijo (Jn 17, 18).
Los apóstoles, con la venida del Espíritu Santo, están habilitados para llevar adelante la obra que Cristo inició en su vida terrena (Jn 17, 11).
4. Los carismas , en los que abundaba la Iglesia primitiva (como lo vemos por la Iglesia de Corinto, 1Cor 12), presentaban sus peligros, como el de confundir la fe con los signos externos. De ahí que san Pablo nos ofrezca los criterios a seguir para distinguir los verdaderos carismas de los falsos.
Primer criterio de discernimiento o distinción del auténtico carisma es su contribución a reforzar la fe en Cristo.
Segundo criterio, la colaboración de los diversos carismas al único designio de Dios (1Cor 12, 4-6). Siendo Dios la única fuente de carismas , entre estos no puede haber oposición.
Tercer criterio, su servicio al bien común y a la unidad del cuerpo (1Cor 12, 7ss). Todos los carismas tienen que dar vitalidad al cuerpo místico que es la Iglesia.
REFLEXIÓN FINAL
Aquí podríamos considerar cómo todos los cristianos, con los diversos carismas, deberíamos trabajar aunados, bajo la acción del Espíritu, para difundir e introducir la fe en los diversos sectores de la sociedad moderna, con buen ánimo, sin cobardía alguna.
Somos miembros de un solo cuerpo que es la Iglesia de Cristo, y nuestra única causa es la causa de Cristo.
Divididos, mal entendidos, o tristes en el ministerio, somos antisigno de la unidad de fe y espíritu que profesamos. Unidos, seremos ejemplo de comunión, fraternidad, solicitud mutua, sin que ningún cristiano (sacerdote, religioso o seglar) pueda sustraerse al envío y misión que nos ha sido confiada como a discípulos de Jesús.
Fray José Salguero, op
Convento de Ntra. Sra. de Las Caldas
Orden de Predicadores
No hay comentarios:
Publicar un comentario